
CCP es el acrónimo utilizado por el Consejo de las Comunidades Portuguesas. El Consejo fue al principio un órgano consultivo del Gobierno compuesto por representantes del movimiento asociativo y también un órgano de representación de los portugueses en el exterior. La institución fue de inspiración francesa, tuvo su origen en el modelo original francés ( Conseil Supérieur des Français de l’Étranger ) que elegía a los representantes de la emigración al Senado y es la segunda más antigua de Europa.
El Consejo de las Comunidades Portuguesas, cuya primera reunión tuvo lugar en abril de 1981, fue la primera experiencia de diálogo institucional entre el gobierno portugués, su emigración y sus Comunidades.
Dr. Maria Manuela Aguiar, entonces Secretaria de Estado de las Comunidades Portuguesas, fue la impulsora y encargada de llevar a cabo este proyecto. Como ella misma nos cuenta, ese Concilio tuvo un comienzo muy conflictivo debido a la politización de los Consejeros en Francia. El enfrentamiento fue constante y radical, pero que la secretaria de Estado que lo había lanzado logró mantener hasta 1983, cuando fue reemplazada por José Vitorino, ya en el Gobierno de Pinto Balsemão. Ese año, contra toda legalidad, el Pleno del CCP no fue convocado. Como comprenderéis, las nubes que se acercaban al Consejo eran negras.
En 1987, durante el segundo gobierno del Dr. Cavaco Silva, antes de abandonar definitivamente el Palácio das Necessidades, el Dr. María Manuela Aguiar abandona el Pleno convocado. Su sucesor, el Dr. Correia de Jesús, prácticamente anunció en su intervención en este Pleno, el sombrío fin del PCC, lo que llevó a todos los Consejeros unidos a manifestarse públicamente contra él en defensa de la continuidad del Concilio, pero los resultados fueron infructuosos. A partir de 1988 fue desactivada, ya principios de la década siguiente, fue descaracterizada por una ley aprobada, por mayoría, en la Asamblea de la República.
Conscientes de la importancia del renacimiento del CCP, luego de algunos años se creó un grupo de trabajo conformado por diputados para la emigración y otros diputados de la Comisión de Relaciones Exteriores y, a través de una propuesta de ley de gobierno en la Asamblea de la República, el PCCh resurgió en 1996, con El Doctor. José Lello como Secretario de Estado. Sin embargo, su formato ha cambiado. Ahora los representantes del Consejo de las Comunidades Portuguesas eran elegidos por sufragio universal, por emigrantes registrados en su área consular.
En una de sus intervenciones, la Dra. Dice María Manuela Aguiar: En el sistema actual, los concejales son elegidos por sufragio directo y universal, por los ciudadanos inscritos en los consulados –fuente de legitimidad, aparentemente más “democrática”, pero que rompe con su matriz asociativa, la fuerza y la autonomía que en adelante a él, y excluye a los descendientes de portugueses, si ya no tienen la nacionalidad portuguesa.
Así se convocan elecciones y el encuentro mundial tiene lugar en 1997, diez años después del anterior. Desde sus inicios, tal y como indica su historia, han sido muchos los peñascos gigantes encontrados por el camino.
En 2003, siete años después, nuevas elecciones para el Consejo de Comunidades, integrado por 100 concejales repartidos por todo el mundo, con 96 elegidos. En 2008, cinco años después, otras elecciones para el CCP con nueva estructura: 73 Consejeros, 63 electos y 10 designados, desapareciendo los Consejos Regionales.
En 2015 se aprueba reforma a la ley 66-A para dar una nueva estructura al CCP, con elecciones (7 años después de las últimas). Ahora el PCCh tiene 80 directores, todos elegidos. Vuelven los Consejos Regionales, hay 3 Comisiones Temáticas y Secciones y Subsecciones de País.
Fruto de estos 40 años, el Consejo Permanente, a través de su Resolución 01/2020 y con el fin de rescatar la “memoria del PCCh”, constituyó el Grupo de Trabajo del cual tuve la oportunidad de participar como su Vicepresidente; También participan Pedro Rupio Presidente (Bélgica), Vasco Abreu (Sudáfrica), João Pacheco (EEUU) y Armando Santos (Macao). Tras una exhaustiva investigación realizada durante meses, se puede afirmar que las reclamaciones que viene reclamando el Consejo de Comunidades datan de sus inicios. Con todas sus confrontaciones internas y sus diferentes ideologías, luchan por un bien común: el de las Comunidades portuguesas que representan.
Las políticas de enseñanza de la lengua portuguesa, el sistema de votación para las elecciones de nuestros representantes en el Gobierno, los asuntos consulares y los flujos migratorios, los problemas que enfrenta nuestro Asociativismo, los asuntos económicos y sociales, los medios de comunicación, etc., son todos problemas que de una u otra manera otros están presentes diariamente en nuestras Comunidades.
A lo largo de estos 40 años hemos conseguido algunas reivindicaciones, no muchas pero importantes. Es una lucha titánica que no involucra solo un mandato específico, es una lucha que viene de todos los mandatos y seguirá existiendo mientras exista el Consejo de las Comunidades Portuguesas. De ahí la gran importancia de este Consejo ya que es la voz que tienen nuestras Comunidades para hacerse oír.
Pero, como la Dra. María Manuela Aguiar , otros Consejos, sin la legitimidad de haber sido elegidos por las Comunidades, tienen más cobertura mediática que el CCP . No queremos restarles importancia, pero también debemos exigir la misma igualdad en el “escenario” mediático porque, debido a la poca información que se divulga, nuestra Junta y, por ende, nuestras acciones, aún son desconocidas para muchos.